Familias solidas con el gobierno de Dios

Lucas 14:31-35.- “¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide condiciones de paz. Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo. Buena es la sal; más si la sal se hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.”

¿Por qué tantas relaciones de pareja terminan en crisis? Porque no planificaron durante el noviazgo lo que podría ocurrir en cada paso, y menos, entregaron al Señor su vida familiar. Una vez compartimos la vida bajo el mismo techo obramos conforme a nuestros propios criterios, de acuerdo con las pautas de vida que aprendimos desde la niñez y adolescencia, así sean principios equivocados.

Planear lo que vamos a hacer y más tratándose de establecer una familia, es fundamental. Es un principio de éxito en todas las áreas de nuestra vida que por supuesto aplica a la relación con el cónyuge y los hijos.

Nuestro Señor Jesús lo compartió así a las multitudes y cobra particular vigencia en nuestro tiempo; Si no planeamos la relación de familia en el presente y hacia el futuro, entraremos a la etapa de improvisación que resulta altamente perjudicial porque en cuanto a familia no es nuestra vida la que está en juego sino la de los seres que amamos.

Una familia sólida en nuestro tiempo es posible cuando Dios gobierna. Él nos guía para tomar las decisiones acertadas, nos ayuda a corregir los errores en los que incurrimos y nos concede la sabiduría para encontrar la salida al laberinto en el que nos encontremos en las diferentes etapas de la vida de hogar.

Otro elemento de suma importancia es que conforme vamos aprendiendo de Dios, integremos a la vida familiar esos principios que constituyen cimientos firmes sobre los cuales podemos levantar la relación de pareja, pero también con nuestros hijos.

A propósito, si en el seno de su familia y ahora que realiza este altar familiar hay alguno que no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador de su vida, hoy es el día para que tome la decisión. Ábrale su corazón a Cristo. Podemos asegurarle que es la mejor decisión que jamás pueda tomar, porque asidos fuertes de Su mano emprendemos el maravilloso proceso de crecimiento personal, espiritual y familiar que tanto hemos anhelado. No se arrepentirá de caminar con Cristo cada día junto con su familia. Que sea una meta familiar orar a Dios cuando surjan desavenencias en el hogar, Él nos ayude a encontrar la solución más apropiada.

Mi amado Dios y Padre celestial, cuando tú gobiernas nuestra relación familiar, todo cambia, pero cuando hacemos todo a nuestra manera, admitimos que generalmente incurrimos en errores y sentamos las bases para entrar en crisis. Oramos delante de tu presencia para que nos concedas cada día la sabiduría que necesitamos para edificar una familia sólida. Amén

ORACIÓN

Señor, estoy a esta hora delante de ti para reconocer que eres nuestra fortaleza y refugio, que eres el Dios de Abraham, Isaac y de Israel y el Dios de nuestro Señor Jesucristo, A ti es la honra y la gloria, Dios todopoderoso, Omnisciente y Omnipotente a ti es la gloria y la honra, Declaramos en este momento que tu Espíritu Santo está en nosotros y que recibimos de ti la fuerza y el poder para vivir como familia cubiertos con la Sangre de Cristo.

Señor quiero pedirte por mi familia, que puedan encontrar en ti el refugio para cada situación conflictiva en que su alma se encuentre, que mis hijos estén cubiertos de tu gracia y que mi cónyuge y los que representan mi hogar se encuentren protegidos por tu gracia y misericordia.

Declaro que mi hogar es morada de tu Santo Espíritu; ayúdanos a ser cada día mejores padres, mejores hijos que las relaciones en esta familia estén llenas del poder de tu palabra y que podamos estar en el propósito divino de tu voluntad. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.

SUGERENCIAS DE MOTIVOS PARA ORAR EN NUESTRO ALTAR FAMILIAR:

Por la libertad y la paz de nuestra amada Venezuela y porque Dios derrame sobre nuestra nación sobre nuestro pueblo una lluvia de bendiciones sanando todas las heridas.

Por todas las familias que hoy se encuentran en las fronteras de varios países principalmente Perú y Chile limitados del acceso para entrar, para que Dios se glorifique en ellos abriéndoles las puertas necesarias y supliendo lo que requieran.

Porque no hayan niños que se acuesten sin comer y porque tengamos en nuestro corazón ayudar cada día al necesitado.

Por sanidad para los enfermos en Venezuela y el mundo y que Dios sea tomando el control de sus vidas.

Por todas las iglesias cristianas de Venezuela y del mundo.

Por cualquier motivo que tenga en su corazón

Dios bendiga nuestro Altar Familiar.