PRESERVANDO LA FAMILIA… EN LA MISMA DIRECCION

Marcos 3:25. - Si los miembros de una familia se pelean unos con otros, la familia también acabará por destruirse.

La familia es el soporte del mundo. Y como padres debemos preservarlas. Es nuestro legado, nuestra línea futura de vida.

Dios estableció la familia como elemento vital para la subsistencia del mundo. El concepto errado de que el hombre puede vivir solo, se cae por si mismo. Los estudios avalan que un ser humano disminuye sustancialmente su calidad de vida al estar solo y por consecuencia su tiempo de vida se acorta. Por eso Dios estableció la familia, colocando al hombre como la autoridad principal para que, en su papel, instruya, cuide, proteja y sea el proveedor principal de la familia que forma al lado de una mujer que entiende y acepta su rol como la ayuda adecuada de su esposo. Y así, juntos en la mejor armonía forjen un hogar saludable con la ayuda y guía santa de Dios. Porque sin Dios nada funcionara bien.

Es importante entonces que aceptemos y enseñemos a nuestros hijos lo que dice en:

Mateo 22:37. - Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. 38 Este es el más importante y el primero de los mandamientos.

Si consideramos a Dios en todo, lo primero y más importante es amarlo. De allí depende todo.

Debemos enseñar que, si lo amamos, tomand0 en cuenta que el nos ama tanto, al punto que no solamente nos permitió nacer, sino que también tenemos una esperanza de vida eterna después de esta vida terrenal, gracias a la mayor muestra de amor que ha vivido la humanidad. Nuestros pecados son perdonados por el sacrificio expiatorio de Jesús, que nos justifica para vida eterna.

Si enseñamos, el que amarlo significa aceptarlo como el Padre que mejor puede cuidar de nosotros, entonces llegaremos al acuerdo en familia de que Él es el único Dios y que solo a Él obedeceremos, a Él amaremos.

Y perseverar en enseñarlo hasta estar de acuerdo. Enseñarlo utilizando todos los medios del otro recurso sagrado que nos dejó… la Biblia. Porque ella no solo nos muestra y enseña quien es Jesús, sino que, si aceptamos que Jesús es nuestra vida, es nuestra paz, que es quien mantiene la familia en orden, podemos tener acceso a la sabiduría de Dios, que es lo que necesitamos para que siempre hagamos el bien.

Imaginemos por un momento, que la familia es representada por un vehículo. Pero que al momento de arrancar un caucho va hacia adelante, el otro va hacia atrás. Otro va frenando y el otro va a la derecha y que no hay manual de instrucciones, ni un chofer que lo dirija en una sola dirección. Llegara el momento en que el vehículo, colapsara y se dañara. Lo peor sucederá. Y eso sucede con la familia, será un desorden por no ir en la misma dirección, y el resultado no será para nada bueno., llegando al punto de destruirse.

Dice en:

Santiago 3:16. - Donde hay envidias y rivalidades, hay también desorden y toda clase de maldad; 17 pero los que tienen la sabiduría que viene de Dios, llevan ante todo una vida pura; y además son pacíficos, bondadosos y dóciles. Son también compasivos, imparciales y sinceros, y hacen el bien.

Es beneficioso estar unidos en familia, ir en la misma dirección como un vehículo en marcha que mayormente va hacia adelante. Y si retrocede es para enrumbar el camino. Para ir en la dirección correcta. Habrá retrocesos, pero si usamos el manual de instrucciones de Dios, si Jesús es quien maneja el vehículo llamado familia, siempre nos llevara al mejor destino.

Levantemos siempre el altar familiar. Reunámonos en cualquier oportunidad. Y enseñemos que Jesús es el director de nuestra familia y adoremos al Rey de la vida. Amemos y adoremos al Rey.

Oremos…

Padre, gracias por mi familia. Gracias porque te aceptamos como el Dios verdadero, el único Dios que puede cuidar bien de nosotros. Que nos sustenta, que nos dirige. Eres el único que sabes que hacer para nuestro bien.

Te pedimos que nada falte en nuestro hogar. Que no faltes Tu, Tu amor, Tu misericordia y por sobre todo Tu sabiduría. Sin Ti nada hacemos. Nada podrá salir bien, sino estas Tu. Eres la fuente de nuestra Vida, y por eso te amamos con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y nuestra mente.

Te necesitamos Señor. Ayúdanos Señor. En Ti confiamos, en Jesús esperamos. Con fe te anhelamos. Hemos orado en tu nombre Jesús… Amen, amen y amen.