LA MEJOR CONVERSACION
- Iglesia Piedra Viva
- 3 ago 2020
- 9 Min. de lectura

Luego de haber tomado la decisión de seguir a Jesús, cuyo fin principal es IR AL CIELO, el creyente debe iniciar su andar en la vida cristiana inclinando su vida al habito de LA ORACION. La oración es y debe ser el pilar fundamental en la vida del cristiano, porque nos enseña uno de los anhelos que tiene todo Creyente, aprender a conocer la voz de DIOS, la voz del PADRE, pero también la misma desata o hace manifiesto el mayor poder. El poder de la oración.
La Oración significa Conversación entre dos personas que se escuchan atentamente. Hemos limitado durante mucho tiempo el concepto de oración a esto: “Es hablar con DIOS, sabiendo que ÉL me escucha”. Pero es mucho más allá de eso. Hace un tiempo, hablaba con un ex-compañero de trabajo, que milita en la creencia de la orden rosacruz, y en su búsqueda del “equilibrio” el me preguntó, ¿Cómo se yo que es la voz de DIOS que habla a mi corazón? Yo le respondí, además de que la mejor forma de escuchar a Dios es a través de su palabra, que la manera de reconocer la voz de DIOS, es conversar continuamente con EL. Le ilustre lo siguiente:
Cuando te interesa alguien que conoces, una de las acciones que más acometemos es conversar con esa persona todas las veces que sea necesario. Y si estas enamorándote de ella, conversas con ella, mañana, tarde y noche, es decir en todo momento. Imagínese que usted pasa un año conversando EN TODO MOMENTO CON ESA PERSONA. Al cabo de ese año usted conocerá su voz aun cuando usted no la vea. Pero además la conocerá mas profundamente, porque esa persona le relatará hechos y anécdotas de su vida que hará que la conozca mejor, y al final se traducirá en confianza, porque al saber quién es, usted aprenderá a confiar en esa persona. Y si la persona con la cual conversas es buena persona, su confianza en ella traerá otro sentimiento adicionado:
Paz.
Pasara lo mismo si los creyentes CONVERSAMOS CON DIOS. La oración es una puerta que abre el corazón de DIOS, es una puerta que nos permitirá conocer a DIOS, es una puerta que nos anima a confiar en ÉL. Es una puerta que desata el poder de DIOS, que trae paz a nuestro corazón cuando definitivamente sabemos que es DIOS con quien hablamos. Y ciertamente, en principio, nosotros no sabemos orar. Y en la escritura hay diversas oraciones, modelos y formas que nos pueden indicar como debemos orar. Y si somos seguidores de Jesús y queremos ser como él, anhelaremos hacer lo que él hacía.
Lucas 6:12.- En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios.
Los que le seguían en ese tiempo, es decir los discípulos, veían con asombro y admiración que JESÚS ejercía continua y largamente este hábito, pero lo más asombroso era que cada vez que regresaba de orar, el resultado era: la manifestación de un poder traducido en grandes prodigios y maravillas.
Santiago 5:15-16.- Si oran con confianza, Dios les responderá y sanará al enfermo, y si ha pecado también lo perdonará. Por eso, confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que DIOS los sane. La oración de una persona buena (JUSTA) es muy poderosa (TIENE PODER), porque DIOS la ESCUCHA.
Era lógico que ellos también quisieran hacer lo mismo que Jesús hacia, y se lo pidieron, “Maestro dinos como se hace”
Lucas 11:1-4.- aconteció que estaba JESÚS orando en un lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos. y les dijo: cuando oréis, decid: padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
Pase los primeros 38 años de mi vida dentro de un sistema religioso donde orar era repetir, repetir y repetir muchas pero muchas veces, oraciones sin saber su significado. Pasado ese tiempo y ocurrida mi conversión conocí que la oración modelo estaba en la Biblia, y he entendido no solo lo básico sino también lo sencillo que es conversar con DIOS. Porque es así, es como conversar con un padre, con mi PADRE. Y esto no quiere decir como algunos piensan que hablar con Dios no es lo mismo que hablar con nuestro padre terrenal. Déjeme decirlo que es el mismo principio, aunque no tenga a veces los mismos resultados. Y le daré algunos tips.
1. Usted habla con Dios sabiendo que el todo lo puede, porque Dios es todopoderoso
Génesis 17:1.- Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: YO SOY EL DIOS TODOPODEROSO; anda delante de mí y sé perfecto.
2. Usted Habla con Dios con el propósito de pedir. Le explico basado en la oración modelo descrita arriba: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. TE PIDO QUE… Venga tu reino. TE PIDO QUE… Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. TE PIDO QUE… El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. TE PIDO QUE… Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. TE PIDO QUE… Y no nos metas en tentación, TE PIDO QUE… mas líbranos del mal. 7 FRASES 6 PETICIONES, usted dirá.
3. Cuando habla con Dios, independientemente del tiempo, la calidad es más que la cantidad. Era sorprendente para los discípulos saber que Jesús subía a orar a un monte y pasaba toda la noche. Pero más sorprendente es saber que cuando ellos le pidieron que les enseñara a orar, su enseñanza sobre la forma de la oración, duro, lean bien esto….19.6 SEGUNDOS…
La única explicación que me cabe en esto es que, si Jesús pasaba toda la noche orando, CONVERSANDO….y él lo que les enseño a los discípulos duro 19,6 segundos, el resto del tiempo ¿Qué hizo? Muy sencillo, escucharlo hablar a Él, a su PADRE. Uno de los significados de la palabra padre es instructor. Saque su propia conclusión.
4. Cuando hable con Dios, NO DUDE….
Marcos 11:24.- Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, CREAN que ya lo han conseguido, y lo recibirán
5. Cuando ORE, cuando HABLE, cuando CONVERSE con Dios, hágalo pero a SOLAS.
Mateo 14:23.- Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí SOLO.
Es en la soledad, a través de la oración, creyendo, pidiendo con calidad, con exactitud, sin hablar mucho y ESCUCHANDO, siguiendo sus instrucciones, es que se gesta la manifestación del PODER.
Mateo 6:6.- Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Y quiero para soportar esta reflexión, les refiero tres notas de autores y fuentes muy reconocidos dentro del mundo cristiano.
“La fe debe ser definida, específica; encerrar en sí una petición inequívoca y precisa de las cosas por las cuales rogamos. Hemos de tener mucho más que una creencia abstracta en la capacidad y la voluntad de Dios para obrar a favor nuestro. Nuestras peticiones deben ser específicas y definidas, esperando recibir las cosas por las cuales pedimos. Siempre que la fe y la petición son definidas, también lo será la respuesta: “lo que diga le será hecho”. La garantía es ilimitada, tanto en calidad como en cantidad. La fe y la oración seleccionan las cosas que se han de pedir, determinando por lo tanto lo que Dios ha de hacer. Cristo suplirá exacta y completamente, todas las demandas de la oración de fe. Si presentamos la petición ante Dios en forma clara, específica y definida, Dios la cumplirá, exactamente de acuerdo con los términos presentados”.
Autor: EDWARD M BOUNDS
Edward McKendree Bounds Autor del libro “La necesidad de la oración”, fue pastor en Estados Unidos durante el tiempo de la Guerra Civil en esa nación. Nació en agosto 15 de 1835 y falleció agosto 24 de 1913. Su vida y ministerio se distinguió por su insistencia en la oración como la clave de una vida espiritual poderosa y efectiva. Para E.M. Bounds, la oración es uno de los ministerios más importantes de la Iglesia, así como de cada creyente. Fue autor de once libros, nueve de los cuales tratan sobre el tema de la oración.
“Se requiere mucha fe para pedirle a Dios un milagro específico e identificable, que requiera una respuesta verificable en el tiempo y el espacio. Muchas veces nuestras oraciones son genéricas y vagas, secretamente proveyéndole al Señor (¡o a nosotros!) una salida más o menos honrosa en caso de que no se dé el milagro que pedimos. Por medio de un lenguaje sutil, estiramos el marco de tiempo en que se podrá dar la contestación, abrimos espacio para una respuesta en el plano natural, o añadimos “si es tu voluntad”, ¡por si las moscas! En última instancia, esto representa un acto de leve cobardía espiritual, y todos caemos en esa práctica en algún momento u otro. Con esto no queremos decir que no reconozcamos la soberanía del Señor, o que pretendamos forzarlo a responder a nuestras oraciones de una sola manera. Nos referimos, más bien, a esas ocasiones en que este tipo de “cláusula de escape” se origina en una falta de fe de nuestra parte, en una duda sobre si Dios verdaderamente todavía hace milagros. Me gusta ese “dánoslo hoy” de Jesús en el Padrenuestro. Si la provisión de pan que él estaba sometiendo no se daba “hoy”, ¡habría sido muy fácil detectar el fracaso de su oración! A veces tendremos que lanzarnos de cabeza a la acción de fe, confiando en que el Señor no permitirá que quedemos en vergüenza, poniendo a un lado nuestras dudas y encomendándonos a la gracia del Señor. A veces tendremos que emitir oraciones desesperadas e imprudentes frente a nuestros familiares y amigos, sabiendo que representan un riesgo para nuestro orgullo o nuestra imagen pública si no se dan, pero que no hay otra alternativa”.
“A veces se agota el tiempo de la espera y la deliberación, y hay que proceder atrevidamente, sin una puerta de escape detrás de nosotros, simplemente confiando en la misericordia y fidelidad del Señor. A Dios le gustan las oraciones y acciones atrevidas y ambiciosas, que lo ponen a prueba, y que muestran una fe guerrera de parte de nosotros. Por otra parte, las oraciones genéricas y abstractas lo dejan frío, y es muy posible que no reciban su contestación. El apóstol Santiago nos invita a pedirle al Señor. Pero añade: “Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:6 y 7). Ponle carne a tus oraciones, y sométele al Señor peticiones atrevidas y ambiciosas, específicas y fechables, y ejercítate en la actitud de fe. ¡Te sorprenderás de los resultados!”
Autor: DR. ROBERTO MIRANDA, Pastor General de Congregación León de Judá. Ha estado relacionado con Congregación León de Judá desde sus comienzos en 1982. Ha pastoreado la congregación desde el año 1985. Sus estudios seculares incluyen una Licenciatura en Relaciones Internacionales de la Universidad de Princeton, maestría y doctorado en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Harvard.
Y esta última,
“Dios es Sencillo y Nosotros Complicados. La vida en realidad es sencilla pero nosotros la complicamos. Nos gustan las cosas complejas. Dios en sencillo en todas sus enseñanzas. La religión las complica. Leí que si un abogado hubiera escrito solamente esta frase del Padre Nuestro: «El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy», se leería así: «Con los debidos respetos, solicitamos y pedimos que, debido a que es necesario hacer una provisión adecuada, en este día y fecha arriba escritos, para satisfacer las necesidades nutricionales de los peticionarios, y para organizar los métodos de almacenamiento y distribución, como se juzgue conveniente y necesario, así como apropiado para asegurar la recepción por y para dichos peticionarios de tal cantidad de productos (llámese pan) se nos conceda la cantidad suficiente de estos productos». Gracias a Dios que Él en su bondad ha hecho la vida cristiana sencilla. Ya tomaste lo sencillo de Dios y lo hiciste parte de tu vida? Si no. Pruébelo hoy”.
Fuente: RENUEVO DE PLENITUD. Página web con más de 4.000.000 de seguidores en todo el mundo.
Mi satisfacción es grande al saber que hay otras fuentes muy reconocidas que tienen opiniones coincidentes con la de este servidor. Y esto me hace afirmar lo siguiente: Lo más importante de la oración no es que nos excedamos en hablar, sino que nos preocupemos por escuchar. No hay una oración en la biblia que dure más de diez minutos y les refiero algunas oraciones que tuvieron respuestas inmediatas:
Jueces 6:39.- Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40 Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.
Marcos 10:51.- Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. 52.- Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
1 Crónicas 4:10.- E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, sí me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras de mal, para que no me dañe! Y le otorgó Dios lo que pidió.
¡Ciertamente, no duran mucho, Hablar menos, escuchar mucho, mucho, mucho más.
Ahora bien sabiendo esta información, es cuando más debemos hablar con Él. Y hacerlo todo el tiempo (1Tesalonisences 5:17.- Orad sin cesar). Y como no hablar con Él si me va a dar todo lo que necesito, incluyendo su PODER.
Entonces… Oremos
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